lunes, 11 de marzo de 2013

Ganarse la vida

Siempre son escuchadas las metafóricas comparaciones de la vida con un tren, dichos como "el tren pasa una sola vez" o "no dejes pasar este tren", etc. Sin embargo, parece que a veces el miedo, la inseguridad, un concepto de "dignidad" medio desviado (a mi parecer) u otros factores; son más fuertes.

Muchas personas se frenan a caminar sobre terreno desconocido e inexplorado porque o tienen miedo de lo que se pueden llegar a encontrar, o tienen miedo a no llegar a donde quieren a través de ese sendero, o bien piensan que dar un paso sobre ese suelo podría ensuciarles los pies, las piernas, el torso, los brazos, la cabeza, hasta cubrirse completamente...y "¡¿cómo permitir que sean vistas así?!".

Entonces yo me pregunto: ¿Qué pasa si en esa carretera nos encontramos con un bello paisaje y nos da una linda sensación caminar por ahí? ¿Qué pasa si por ahí podemos llegar más rápido y de una forma mucho más placentera a nuestras metas? ¿Qué sucede si justamente tomar ese camino nos hace ser más fuertes, más respetables incluso más que si siguiéramos a todos los demás? ¿Qué pasa si justo caminando por ahí, paso a paso, encontramos un motivo más y una nueva forma de ser felices?

¿Vale la pena seguir la corriente y "asegurarnos el éxito" siguiendo el camino por el que todos caminan? ¿Vale la pena quedarse esperando a que la vida nos de una señal de si seguir el sendero viejo o el nuevo? ¿O vale la pena intentar probar otro modo, descubrir nuevas formas y aprender a disfrutar de otras cosas?

Yo creo que lo que realmente vale es la tercera opción. Sí, animarse a lo desconocido, vale la pena. Hay tantas cosas por descubrir, tanto por ver, por hacer, por pensar y por sentir; que sería una verdadera lástima quedarse parado esperando al tren...porque tal vez ya pasó, tal vez no vio tu parada y siguió de largo, Tal vez vos tampoco lo viste. Así que ¡a correr hasta alcanzarlo! A buscarlo, a no dejarlo ir sin nosotros. Esto sí que es una frase hecha, un cliché, pero...hay oportunidades que no se dan dos veces en la vida. Por lo tanto cuando se la ve, hay que tomarla. Otro cliché: el que no arriesga no gana.

Si nos dejamos guiar por el miedo, vamos a estar inmóviles por los siglos de los siglos hasta que se nos ocurra perderlo. Si nos dejamos guiar por la inseguridad, nunca la vamos a vencer, sólo vamos a ser cada día más inseguros. Si nos dejamos guiar por el qué van a decir y qué van a pensar, siempre vamos a vivir pendiente de los demás, nunca vamos a hacer algo por nosotros mismos y cuando nos demos cuenta (si es que eso ocurre), ya va a ser muy tarde.

La dignidad no es un exceso de orgullo, sino ser uno mismo. No existe otra moral. A estas alturas del mundo en el que vivimos, todo es subjetivo, no hay una verdad absoluta. ¿Qué van a decir de lo que hagas? Unos que está bien, otros que está mal, unos que es una idea genial y otros que es pecado. Entonces, sólo hay un juez que decide sobre nuestras acciones: uno mismo. Sí, seguro te vas a equivocar, seguro vas a fallar algunas veces. Pero eso va a suceder sigas un camino u otro. Tomando el desconocido, tendrías la satisfacción de descubrir que el mundo es más complejo de lo que parece, mucho más grande, mucho más amplio. Si existe alguna fuerza interna, que no sabés de donde viene, pero que te empuja hacia ese nuevo camino es porque es el que tenés que tomar. Es necesario pensarlo, es necesario sentirlo, es necesario percibir cada sensación... Pero si eso está sucediendo, es porque estás listo para seguirlo, pase lo que pase.

A esto es lo que yo le llamo ganarse la vida. No hablo del ámbito económico ni del "ganarse el pan y el vino". Hablo de jugarse, de arriesgarse y de dejar sentirse.


No hay comentarios:

Publicar un comentario