miércoles, 28 de septiembre de 2016

Las pasiones

Sólo una cosa es más grave que enamorarse de alguien: enamorarse de las pasiones de ese alguien. Junto aquí dos enseñanzas que me dejaron distintas películas: la primera, es que las personas nacen y mueren, pero una idea puede cambiar el mundo 500 años después. Esa es de "V de Venganza" (James Mc Teigue, 2005). La segunda, es que una persona puede cambiar muchas cosas, en muchos aspectos...pero jamás cambiará de pasión..."El secreto de sus ojos" (Juan José Campanella, 2009). Si unimos esas dos moralejas con la primera oración de esta publicación, entonces podríamos decir que cuando amamos a alguien, ese amor puede morir con esa persona...o con alguna parte de esa persona que en un momento de su vida muere. Pero si nos enamoramos de la pasión de la persona amada, no hay vuelta atrás. Porque él o ella no cambiará de pasión...y las pasiones, en este sentido, son inmortales, eternas, "a prueba de balas", como las ideas.
Cuántas veces, ante una situación de "desamor", nos quedamos mirando el pasto porque a él o a ella le gustaba caminar descalza en él. Cuántas veces nos quedamos mirando una taza de color azul porque ese era su color favorito. Cuántas veces nos obligamos a dejar de escuchar su canción favorita, o a dejar de ver su película preferida. Cuántas veces me quedo mirando, a través de la ventana, aves volando...