martes, 18 de agosto de 2015

No nos debemos nada

Fuiste lo que yo sé que fui para vos. Tenemos lo que merecemos. Me diste algo que ni siquiera podía llegar a ser un sueño para mí, porque no sabía que existía, no podía siquiera imaginarlo. Me diste la fe. No creo en la religión, creo en el dios que fuimos vos y yo: creo en el dios de la amistad. Es lo único que venero, es lo único sagrado, es lo único en mi altar. Un altar que construimos ladrillo por ladrillo los dos. Hasta que los rompiste, los qubraste. No todo...por lo que pegué trozo por trozo cada ladrillo para seguir construyendo. Fueron apareciendo otros que fueron sumando sus ladrillos, fueron apostando su fe en ese mismo altar. No nos debemos nada, nos dimos lo mejor.
Pero si me ves pasar y no logro ignorarte, si alguna vez escuchás mi voz, si alguna vez te encontrás con una foto o un recuerdo nuestro y tu inconsciente te traiciona dibujando una sonrisa en tu cara...no es porque haya algo pendiente, no es porque haya nada que pretender. Es porque vas a saber que ese altar te está esperando, para que lo mires, para que sepas que existe, que lo que nos dimos es real. Es porque vas a saber que aún podemos seguir aprendiendo, creciendo juntos...aunque no nos debamos nada.